Me senté a esperar a ver que llegaba primero:
algún rayo de sol
el viejo tren del centro
un par de huellas.
Y aquí esperando me cayó la primavera.
No me cautivaron más sus flores
ni sus prisas
ni sus olores
ni las putas dudas de esta vida ligera.
Seguiré esperando a ver si encuentras mi cadáver en tu cartera.
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