viernes, 7 de marzo de 2008

Huellas

Allí están sus huellas.
Entre nenúfares y cielo.
Está la miel de sus piernas,
Y el amargo adiós de sus labios.

En tiempos de duendes, hadas y doncellas,
cabalgamos juntos a través de tierra yerma,
y encontramos el recodo a un valle
plagado de rocío y madreselvas,

Qué dolor me causa el recuerdo de tu piel morena,
¿Hace cuánto, eh, pequeña?
miro mis manos sedientas y
reconozco el olor de tu cuerpo en cada una de ellas.

No alcancé a decir palabra.
Nunca me dio tregua.
Su amor y su pena aún flotan en el aire
y tiñen mi inocencia.

Doy mil vueltas. No doy con ella,
Está aquí, de eso no tengo duda,
Huelo su perfume de miel, flores y ciruelas,
Doy mil vueltas. Veo en mí sus huellas.

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