viernes, 2 de mayo de 2008

¿Y los demás? ¿se habrán muerto?

Estamos aquí, frente al valle que me vio nacer, crecer y perder; todo el encanto de la vida.
¿Ves que nada a cambiado?
Todo está en su lugar: las mismas farolas, los mismos viejos y hasta el viejo árbol donde meábamos cuando éramos niños.
Las calles no han cambiado nada. El olor a tierra seca, las veredas rotas y el mismo vidrio agujereado por un perdigón.

¿Sabes qué ha cambiado?
Nada.
Seguimos siendo los mismos niños estúpidos.
Usamos las mismas frases.
Nos ufanamos de las mismas cosas.
Lloramos por las mismas mujeres.

Aún recuerdo el olor de su perfume, pero ya no me interesa.
Aún conservo sus cartas y una foto en color. ¡Qué estúpida la veo ahora!
Lo que si recuerdo con aprecio, fue el día en que se fue y sin despedirse.
La lloré un par de noches...no, esto es mentira, esto es retórica.
¿Quién puede echar una lágrima por una mujer a quien nunca amó?

Y de nuevo aquí, pateando lo pateado.
Abro con cautela una pequeña caja de recuerdos (y es pequeña porque ya me deshice de enormes cantidades de cursilerías).
No hay fotos mías. No hay fotos tuyas.
Un boleto de micro. Unas entradas del zoológico.
Y un trozo de muro; del que tumbaron.

Enciendo una pipa. Que agradable sabor.
Regreso a la vida, vuelvo a ti, con el mismo desencanto por la vida.
Reviso mis recuerdos: Tu y yo paseando en la bici; tu y yo pensando que era imposible; tu y yo cagándonos de risa; tu y yo en la playa; tu y yo haciendo el amor; tu y yo; tu y yo; y diez mil túes y yoes, más.
Valió la pena ¿verdad?
Yo no me arrepiento de nada.

El valle ya no es cálido, como nunca lo fue la vida.
Las cosas nunca cambiaron, solo se integraron.
Los recuerdos no los conservé por algo en especial: solo los almacené para luego echarlos.
No nos queda nada. No nos trajimos nada
Pasamos, volvimos, crecimos y nos integramos.
Es como una puta película, proyectada en negro y blanco.

¿Viste mujer?
Canas y más canas.
Se nos pasa la vida y no desistimos.
Peleamos por lo mismo, pero cada uno a su manera.
Mientras quede alma dentro del cuerpo, así será.
¿Y los demás? ¿se habrán muerto?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta porque me ha abierto los ojos. Generalmente prefiero ese fácil optimismo bordeando con la cursilería en poemas sobre lo sentimental.
Veo que estaba equivocada, porque este escrito me encanta.
Es más, creo que me gusta hoy precisamente por esa razón...

Álvaro de Vega dijo...

Si alguna vez tienes ganas de los cursis, los puedes encontrar líneas abajo.

Alvaro de Vega

Visita:
www.mundohemeroteca.blogspot.com
www.alvarodevega.blogspot.com

Anónimo dijo...

Ah qué, hay "cursis"? No creo que tanto! No es que yo sea de Las Oscuras Golondrinas o novelas mexicanas, pero s´de los Sonetos de Shakespeare por ejemplo...